AGROVERDAD
El presidente de la Bolsa de Cereales de Córdoba, Juan Martín Buteler, reveló que los productores de granos tendrán que pagar 80 millones de dólares por los análisis de calidad que exige una reciente resolución oficial. La cifra se triplicaría por otros análisis que se superpondrían con aquéllos. Por otra parte, el directivo reclamó que sean eliminados de inmediato los ROE que impiden exportaciones de trigo y de maíz. Y convocó, por otro lado, a comprometerse “en la toma de decisiones que marcarán el rumbo a nuestro futuro”.
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Buteler habló en la apertura de la Jornada sobre Mercados Granarios, Economía 2015, Clima, trigo 2015/2016 y Cultivos Invernales de Cobertura, efectuada en el Centro de Convenciones del Dinosaurio Mall de Córdoba. El evento tiene a la Bolsa como institución organizadora, conjuntamente con el programa Agroverdad y el diario la Voz del Interior.
Los principales párrafos del discurso, fueron los siguientes.
*Si bien aparece una buena perspectiva para la siembra de trigo, no podemos obviar lo que nos está pasando con el cereal de la cosecha pasada: cuántas toneladas tenemos en nuestros campos sin poder entregarlas por falta de cupos o venderlas por falta de demanda o precios distantes del FAS teórico que nos deberían ofrecer. Estamos viendo cómo (la mercadería) pierde calidad día a día y todo porque no nos permiten exportar ese saldo que sabemos que no lo necesitamos (para el consumo interno) y que aportarían una imprescindible cantidad de divisas al país. ¡¡Es algo inexplicable!! Nunca en argentina faltó trigo. A los famosos ROE hay que eliminarlos.
*Hoy estamos muy cerca de perder el mercado brasilero. Brasil está de su objetivo del auto-abastecimiento; Bolivia, según informan los diarios esta semana, está decidida a buscar otro proveedor, uno confiable. ¿Hasta cuándo seguiremos perdiendo mercados? ¿Cuánto dinero de la producción queda paralizado? ¿Cuánto dinero no ingresa al flujo de fondos del productor que lo sembró? ¿A las economías de cada uno de los pueblos o ciudades circundantes? Todo ese dinero, que podría servir para dinamizar la educación, el comercio, la construcción, se pierde por el capricho inexplicable de unos sordos. Los mismos que para justificar sus decisiones confunden a la Opinión Pública diciendo que lo hacen para defender la mesa de los argentinos.
*El malo de la película sigue siendo el productor. También están aquellos que dicen que Argentina debería cambiar su discurso, que ya no vende trigo, que vende harina. Festejo esa intención, pero mientras tanto, no debe ser el productor quien debe pagar esa transición hacia la industrialización de la materia prima. Ojalá transformáramos todo el trigo en harina y pudiéramos darle un valor agregado a toda nuestra producción primaria. Cuánto impactaría esto en cada uno de los pueblos y ciudades de nuestro país. Pero quiero dejar claro que esto no implica que el productor debe dejar de serlo para convertirse en industrial. El productor, debe seguir siendo productor, pero incorporado como un eslabón a la cadena, trabajando juntos para terminar con la antinomia campo/industria e ir por un nuevo paradigma que sea campo más industria. Fortalezcamos el concepto de cadenas, que se fortalezcan los eslabones, que cada uno respete al otro, teniendo en claro que si la cadena se corta nos perjudicamos todos.
*Se refirió a la elevada participación que tiene el sector agroalimentario en la economía provincial, tanto en aporte de producción Un tercio del PB provincial) como de puestos de trabajo (un tercio del total) y exportaciones (un 91% del total). Si las cifras del sector dan cuanta del fuerte protagonismo que tenemos en la economía, ¿por qué no estamos sentados a la mesa de las decisiones?. Peor aún, muchas veces somos el menú. ¿Será por la falta de participación?
*Como ejemplo hago mención a un hecho reciente. La resolución conjunta de la Secretaria de Agricultura de la Nación y la Comisión Nacional de Valores, o “sio- granos”, resolución 32/2015 o como sea que se conozca conozcan, que posiblemente obligue a hacer un análisis de calidad a cada camión que se comercialice. Aún no está determinado si será sólo a efectos estadísticos o si será vinculante. Pero este inocente evento puede generar un costo aproximado de ochenta millones de dólares a la cadena. ¿Saben quién lo pagará? ¿Se lo imaginan?
Y esto no termina aquí, pues aparte de esos análisis, posiblemente se deban pagar tres parecidos. Uno que ya está calculado en el FAS teórico, otro referido al SIO y otro para ver si el grano que estamos entregando tiene o no algún evento biotecnológico.
*¿Quienes creen ustedes que nos van a representar en estos escenarios, defendiendo nuestras posiciones? Solamente pueden hacerlo las instituciones que hemos elegido para tal fin. Que necesitan de nuestra participación, de nuestro compromiso activo. No podemos ser un sector de tranqueras para adentro. También como actores sociales estamos obligados a participar en la toma de decisiones que marcarán el rumbo a nuestro futuro.