Pronostican una caída del 6 por ciento en la siembra de trigo
Se implantarán 650.000 hectáreas contra 690.000 de la campaña pasada. AMBITO.
Las principales limitantes que se manifiestan a la hora de decidir la siembra de trigo 2013/14 son la falta de semilla de calidad y los altos rindes de indiferencia.
Comenzó la siembra de trigo a pesar de las débiles precipitaciones que hubo la semana pasada sobre la zona núcleo.
Los acumulados oscilaron entre 4 y 14 milímetros y el registro más importante se observó en la localidad bonaerense de Ramallo donde cayeron 18,4 milímetros.
La semana pasada los relevamientos sobre las intenciones de trigo señalaban que son más las áreas en las que se implantarían entre un 10% y un 30% menos que el año pasado, en comparación con las que repetirían la intencionalidad del año pasado. Menor sería el peso de las áreas que registrarían algún tipo de crecimiento interanual. Todo esto está marcando una proyección de superficie triguera de 650.000 hectáreas, un 6% menos que las 690.000 hectáreas del año pasado, informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
"Al repasar un poco el nivel de siembra de las últimas dos campañas se observa que no ha sido posible recuperar el área de la 2011/12, cuando se implantaron 821 mil hectáreas del cereal. De un relevamiento hecho con tecnología satelital, surge que en 2012/2013 se habrían implantado 692 mil hectáreas. A partir de estimaciones propias, se calcula que la superficie afectada por problemas de inundación y granizo habría sido de 27.500 hectáreas. Se estimó el rinde promedio de la región en 26,5 quintales por hectárea, a partir de lo cual se alcanzó 1,75 millón de toneladas", sostuvo la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que elabora la entidad rosarina.
Sobre esta historia arrancó la siembra de trigo de la 2013/2014. Las ventajas que tiene el cultivo para dicho ciclo son las muy buenas reservas de agua en los perfiles de la región y el hecho que, a diferencia del 2012, la cebada no se perfila como cultivo competidor del trigo.
Las principales limitantes que se manifiestan a la hora de decidir la siembra son la falta de semilla de calidad y los altos rindes de indiferencia. En campos propios, los rindes de indiferencia oscilan entre 21 y 25 quintales por hectárea, mientras que en campos alquilados se ubican entre 38 y 42 quintales por hectárea, según la entidad.