El principal factor que está teniendo impacto en los mercados, no solamente en la Argentina sino también en el mercado de Chicago, es la prolongada y grave sequía que están sufriendo casi todos los productores argentinos.
La sequía ya redujo la producción de trigo en 8 millones de toneladas, entre la superficie que no se pudo sembrar por la falta de humedad en lo suelos y el impacto negativo en rindes por la falta de lluvias y por las sucesivas heladas en periodos críticos del cultivo. Las heladas han sido el golpe de gracia con un fuerte impacto negativo en los rindes, considerando el periodo de alta susceptibilidad que estuvieron atravesando los cultivos.
En momentos previos a la siembra, cuando no se pensaba todavía en la prolongada y grave sequía que finalmente ocurre, se estimaba una producción probable de 23 millones de toneladas y hoy se está hablando que podría llegar a los 15 millones de toneladas.
Lo que pueda ocurrir o lo que podamos prever que podrá ocurrir hoy con los precios del trigo ya está ocurriendo, los molinos están pagando más de US$400 por tonelada, mientras que la posición futura noviembre en el Matba Rofex se está cotizando a US$345 por tonelada.
Si analizamos los precios de exportación de trigo argentino FOB up river, que hoy se están cotizando en el rango de 360 a 375 dólares por tonelada, vemos que el precio FAS teórico que pueden pagar los exportadores es de 304 a 320 dólares por tonelada, dependiendo del mes de embarque, mientras que los precios en el mercado real se están cotizando entre 345 y 360 dólares.
Se confirma que hay un contramargen, o pérdida de 40 dólares por tonelada promedio. Si consideramos para el análisis el precio que están pagando los molinos, el contramargen se acerca a los 100 dólares por tonelada.
Los exportadores ya tienen registrados 9 millones de toneladas, si agregamos los 5,5 millones que necesitan los molinos ya estamos en una demanda total de 14,5 millones de toneladas.
Como vemos un balance de oferta y demanda súper ajustado y con un pronóstico todavía incierto, pues no se sabe cuál será el volumen final de producción de trigo.
Olla a presión
Como están tiradas las cartas el Gobierno debería ir pensando seriamente en aplicar alguna medida creativa que descomprima el mercado que hoy es una olla presión con final cantado: fuerte suba en el precio del trigo, la harina, el pan; aumento en el índice de inflación de los alimentos, y el pan más caro en términos nominales en la mesa de los argentinos.
Los mercados no deben intervenirse ni tener una política dirigista sobre los precios, pero en este caso y a manera de excepción, el Gobierno debería pensar en una reprogramación de las declaraciones juradas de ventas al exterior de trigo de la actual cosecha 2022/2023, difiriendo para la próxima campaña 2023/2024 por lo menos 3 millones de toneladas.
De esta forma, la medida quitaría presión de demanda por el lado de la exportación, dejando a los molinos con el camino mucho más allanado para que puedan cumplir con el compromiso de producir harina a precios razonables y llegar a un pan con precios accesibles en la mesa de los argentinos.
El autor es presidente de Pablo Adreani y Asociados
Pablo Adreani