Panorama Agrícola Semanal. AMBITO.
Por: Ricardo Baccarín
Analistas piensan que cultivos como el maíz podrían beneficiarse más que otros ante el derrumbe del precio del petróleo. Los costos promedio de implantarlo en los EE.UU. descenderían un 10% de año a año.
Superado el último informe mensual de oferta y demanda del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), el mercado aguardará al próximo reporte del 31 de marzo en el que se revelarán los datos de existencias trimestrales de granos, además de las perspectivas de siembra de la próxima campaña 2015/2016.
Cobra relevancia este último dato, que brindará una idea preliminar de la conducta que observarán los farmers estadounidenses durante esta campaña, en relación con lo que decidan implantar. Este informe se obtiene a partir de encuestas entre los productores, desarrolladas en el curso de las dos primeras semanas de marzo.
Además de las relaciones de precios entre los cultivos -fundamentalmente entre los valores de la soja y el maíz nuevos en Chicago- será interesante medir el impacto que la reciente baja en los precios del petróleo pudo tener en la intención de siembra de los productores.
En este sentido, los analistas de Citi Commodities piensan que cultivos como el maíz podrían beneficiarse más que otros ante el derrumbe del precio del petróleo. Los especialistas destacan en un trabajo reciente que los costos promedio de implantar maíz en los EE.UU. descenderían un 10% de año a año, con una inversión promedio de u$s 625 por acre (u$s 1.544 por hectárea). Para soja, los costos de implantación bajarían un 5%, con una inversión promedio de u$s 455 por acre (u$s 1.124 por hectárea).
De todas maneras, los productores elaborarán su decisión de costos finales en función de la relación de precios entre ambos cultivos, así como lo que vayan indicando los pronósticos climáticos de corto y largo plazo en cada región productiva.
Los próximos informes de oferta y demanda globales del USDA deberán expresar algún recorte en la cifra de producción brasileña de soja, que ha quedado un poco elevada en comparación con otras estimaciones. El USDA mantuvo inexplicablemente su estimación anterior, de 94,5 millones de toneladas, a pesar de la sequía del mes de enero que sin duda mermó los rendimientos inicialmente previstos.
Para nuestro país, el USDA también mantuvo su estimación de 56 millones de toneladas para soja. En este caso la decisión de no modificar esta cifra, que hasta hace poco lucía un tanto baja, resulta adecuada a la luz de los recientes acontecimientos climáticos. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires siguió manteniendo una proyección de 57 millones de toneladas, aduciendo que el daño provocado por las recientes lluvias será compensado con mejores rendimientos en el resto de los cultivos no afectados por este evento.
Trigo
Los precios del trigo en Chicago continúan la tendencia negativa iniciada sobre el final del año anterior. Los fondos especulativos se encuentran vendidos y la posibilidad de que recompren esos contratos puede brindar algún respiro de corto plazo a las cotizaciones. También se especula con la posibilidad de que estas bajas cotizaciones logren estimular la demanda, aunque un dólar tan firme en el contexto internacional conspira contra esta posibilidad. La divisa norteamericana se encuentra cotizando en su nivel más elevado de los últimos 11 años, con la expectativa de que la Fed eleve las tasas de interés a partir de mediados de este año, circunstancia que seguramente fortalecería aún más a esta moneda. Ya son varios los bancos que anticipan que el dólar cotizará por encima del euro hacia el final de este año.
Además de estas razones macroeconómicas, los precios de la mercadería norteamericana no resultan muy competitivos en los niveles actuales. Los precios del trigo europeo y el originado en la región de Europa del Este siguen siendo los más convenientes.
Los cultivos de invierno vienen padeciendo una creciente sequía en el centro y en el sur de la región de las planicies centrales de los EE.UU.
En pocos meses más los productores de nuestro país también analizarán la alternativa de sembrar trigo de la próxima campaña 2015/2016, luego del ruidoso fracaso comercial de este ciclo, que resultó muy perjudicial para los productores del corazón triguero local, del sudeste y sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
La idea que surge es que, más allá de los precios internacionales que se vayan registrando, la expectativa de cambio en el sistema de ROE y la eliminación de retenciones que prometen algunos candidatos presidenciales puedan estimular a los productores a incrementar su área de cultivo, en la medida en que logren obtener un financiamiento adecuado para este propósito.
(*) Director de Panagrícola