Con un auditorio colmado en La Rural de Palermo, el Congreso Aapresid tuvo como protagonistas a dos figuras centrales en la ciencia del suelo: João Carlos ‘Juca’ Moraes Sá y Rattan Lal.
Ambos coincidieron en una visión que combina urgencia, evidencia científica y esperanza: la agricultura regenerativa no solo es posible, sino necesaria para enfrentar los desafíos globales. Y está más cerca de lo que se cree.
El brasileño Moraes Sá, ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias del Suelo, presentó los resultados de su último estudio, donde analizó la dinámica del carbono (C) en suelos de distintos biomas de Brasil.
El trabajo, que abarcó cuatro subregiones, propone una redefinición del enfoque: en lugar de hablar de secuestro de carbono, sugiere centrarse en las emisiones netas cero y, como próximo objetivo, en las emisiones netas negativas.
“El punto de equilibrio no es una etapa de captura, sino de restauración”, afirmó Moraes Sá, quien compartió panel con Andrés Madias, gerente del Sistema Chacras de Aapresid.
Según sus proyecciones, si se profundizan los sistemas de siembra directa y prácticas regenerativas, la agricultura podría alcanzar el nivel de emisión de carbono cero en 50 o 60 años. Es decir, una generación.
El científico brasileño señaló que estos sistemas pueden devolver al suelo el carbono que alguna vez tuvo en su estado natural, antes de la intervención productiva. “Nuestro desafío hoy es pasar de las emisiones netas cero a las emisiones netas negativas, ahí está el verdadero aporte de C”, enfatizó.
Por su parte, Rattan Lal, investigador de la Universidad de Ohio y referente histórico en temas de conservación del suelo, reforzó la idea desde una mirada global. “La agricultura regenerativa es una herramienta para la paz y la prosperidad”, sostuvo. Lal definió al suelo como una entidad dinámica, biológicamente activa, esencial para los servicios ecosistémicos que sostienen el bienestar humano.
En su exposición, remarcó que los sistemas regenerativos no solo ayudan a mitigar el cambio climático, sino que también enfrentan otros desafíos críticos como la malnutrición, la pérdida de biodiversidad y la calidad del agua.
Según el investigador, estos enfoques se nutren de la eco-innovación y se orientan hacia la recarbonización de la biosfera terrestre como eje del desarrollo sostenible.
El auditorio celebró sus palabras con un cerrado aplauso. En un contexto de crisis climática y debates sobre los modelos de producción, el mensaje fue claro: la ciencia del suelo ofrece respuestas concretas y la agricultura regenerativa puede ser parte de la solución.
El Congreso Aapresid, que este año llevó por lema “Código Abierto”, desplegó paneles que abordaron desde genética hasta tecnología, siempre con un eje en común: cómo producir mejor, cuidando el suelo.