El sector rural tuvo en San Nicolás su movilización más importante desde el conflicto de la 125. Expresó sus reclamos y convocó a otros sectores. Según un dirigente de la Mesa de Enlace, “la protesta tendría que forzar una nueva negociación” con la administración de Alberto Fernández. INFOBAE
El 9 de julio de 2021 ya quedó marcado en la memoria del sector agropecuario, que tuvo la capacidad de montar una protesta masiva contra las políticas del Gobierno en la ciudad bonaerense de San Nicolás, con una alta repercusión social.
Las rutas, para los productores, tienen muchos significados: son el trayecto hacia sus campos, la vía de salida de su producción, sean granos, frutas o animales, y camino de vuelta a casa después de un día de trabajo. Los tractores y las camionetas cruzadas en medio del pavimento, con productores parados sobre el asfalto en el lejano pero fresco 2008, son toda una postal de una Argentina que en alguna medida se reiteró este viernes.
Esta vez también hubo tractores, camionetas y productores en las rutas, pero a diferencia del conflicto de hace 13 años estaban a la vera de la misma, con una multitud mirando hacia un escenario en una tarde primaveral, aunque en pleno invierno, en la que hubo discursos encendidos como hace tiempo no se escuchaban.
Es que el sector agropecuario tuvo su gran día de protesta concentrando a miles de ciudadanos en el kilómetro 228 de la ruta 9 en San Nicolás, dando a conocer a la ciudadanía en general su descontento sobre las políticas agropecuarias que aplica el Gobierno nacional para con el sector, siendo la más próxima y grave el cierre de exportaciones de carne vacuna, como así también sus reclamos y sus pedidos.
Esta vez, además, el campo sumó a otros sectores sociales y económicos, otorgándole un lugar importante a la hora de los discursos sobre el escenario a maestros, jubilados, estudiantes, gastronómicos. El campo aglutinó esas demandas y se convirtió en canal de expresión de actores sociales que se sienten molestos y afectados por las medidas gubernamentales.
Y ahí radica el éxito de la convocatoria y el mensaje que quiso dar, llegando de manera masiva a la opinión pública, junto a sectores sociales también descontentos con el actual predicamento. Ya no era un grupo de chacareros controlando cargas a transportistas porque cerraron las exportaciones de tal o cual producto, sino un sector de la economía, junto con otros, reclamando al Gobierno un cambio de rumbo. Todo un mensaje al Ejecutivo. Eso fue, cuanto menos, lo que intentó el campo.
En diálogo con Infobae, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, consideró que “la movilización fortaleció al campo, sobre todo, en lo que respecta a su disputa con el oficialismo. Creo que el sector agropecuario queda mejor posicionado después del acto, porque demuestra que hay una opinión mayoritaria respecto a lo que se está reclamando y con mucha más fuerza política ante el Gobierno”.
En este sentido, el dirigente rural que dio un encendido discurso en el cierre del acto, en el cual llamó “mentiroso” al Gobierno, espera que desde la Casa Rosada “se tenga en cuenta la movilización, porque creemos que es un mensaje multitudinario y muy fuerte. Ahora, realmente no sabemos cómo pueden reaccionar (el Gobierno)”. Más allá de desconocer qué pasos dará el Ejecutivo, el titular de CRA aseguró que “la protesta tendría que forzar una nueva negociación y una marcha atrás con respecto a las restricciones. Esto es el comienzo de un plan de lucha que en caso de que no haya respuesta favorables, se va continuar con diferente medidas. Sin dudas, este es el comienzo”, dijo Jorge Chemes.
Mesa de Enlace
La movilización masiva, a la que según los organizadores concurrieron más de 60.000 personas, sirvió para dar una muestra de fuerza y cohesión del sector agropecuario, y en el campo entienden que también fue un renovado respaldo y empoderamiento de la Mesa de Enlace para guiar a los productores en sus desencuentros con el Poder Ejecutivo. En este sentido, el presidente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (APRONOR), Osvaldo Martín, consideró que “la movilización la empodera de nuevo a la Mesa de Enlace para que haga lo que tenga que hacer y que haya una política agropecuaria, no este desastre”.
“Es una presión para la Mesa de Enlace de que se ponga las pilas para tomar las medidas que se tengan que tomar y que el Gobierno cambie el curso. En caso de no tener resultado una nueva negociación con estas medidas, debería ser el preludio de más protestas y más firmes, para que vuelvan atrás y se haga una política acorde”, agregó el productor de Tucumán, desde donde también ayer repudiaron la represión policial a los manifestantes que con diversas consignas, cuestionaron a Alberto Fernández durante su visita a la provincia para participar del Acto central por el “Día de la Independencia”.
Otro de los dirigentes que se pronunció sobre la movilización del campo, fue Juan Monín, uno de los coordinadores de la misma y presidente de la Sociedad Rural de Sachayoj, en Santiago del Estero: “Durante el acto se le dio el respaldo necesario a la Mesa como los únicos interlocutores de los productores y que si no hablan con ellos, el campo no va a tranzar. Este es un comienzo, un puntapié inicial después de mucho tiempo de no hacer nada. Puede ser parte de algo mayor, pero creo que el Gobierno tomará nota de esto y buscará calmar las aguas y tomar un rumbo diferente. Esas son mis expectativas y deseos”, señaló Monín.
Actor político
Como se mencionó anteriormente, la movilización del último viernes a San Nicolás no solamente se puede traducir como una demostración de fuerza del sector, sino que también los analistas sugieren que se le debe dar una lectura política a todo lo que en el encuentro multisectorial, sobre todo en lo que respecta a la recuperación de un papel que supo tener años atrás: un actor político de relevancia.
En esta línea se expresó el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero: “La magnitud de la manifestación logró recomponer al sector como sujeto y actor político, que es mucho más que solo una manifestación para canalizar demandas. El hecho de haber mostrado, sin intervención de las instancias de representación, este nivel de convocatoria, habla del sentimiento que hoy puede percibir en las bases del sector”.
Y agregó: “Todo esto es un aspecto a tener en cuenta para los actores políticos y, en particular, por parte del Gobierno, porque no se está enfrentando con un sector específico de la economía, sino con un actor político que mostró la musculatura que tiene para movilizar sus bases. Esto va a obligar al gobierno no solo a tomar nota, sino también tratar de desactivar la confrontación política con un sector tan relevante y con capacidad de movilización previo a las elecciones”.
Sin embargo, por último, consideró que no necesariamente el Gobierno saldrá a atender la “agenda del sector”, pero que sí puede “profundizar su estrategia y seguramente vamos a ver algo de lo que ya venimos viendo, que es un intento de establecer un vínculo y de atender determinadas demandas de algunas instancias de representación del sector”.