12/11/2021

La tensión entre el Gobierno y el campo: cuatro puntos de desencuentro que dominaron la relación entre las PASO y los próximos comicios

En todo este tiempo, el Gobierno designó un nuevo ministro de Agricultura, flexibilizó las exportaciones de carne, impulsó mejoras para acceder al financiamiento y promueve el crecimiento de la cadena agroindustrial, mediante un proyecto de Ley. Sin embargo, el sector advierte sobre medidas intervencionistas y los problemas sin resolver. INFOBAE


Tras las elecciones primarias del pasado 12 de septiembre, la relación entre el Gobierno de Alberto Fernández y el sector agropecuario siguió atravesando momentos de desencuentros, como consecuencia de las políticas oficiales que, según los productores, no promueven la inversión, sigue sin restablecerse la confianza y no hay previsibilidad. Se trata de un sector, que pese a un contexto adverso y cargado de incertidumbre, ya aportó más de 28.000 millones de dólares en concepto de divisas por las exportaciones agroindustriales.
La derrota electoral que sufrió el oficialismo desencadenó una crisis interna en la coalición gobernante, que terminó con cambios en el gabinete y anuncios para el campo, con flexibilización para la exportación de carne vacuna, mejoras en el acceso al financiamiento y el envío al Congreso de un proyecto de Ley para la cadena agroindustrial.
Sin embargo, los productores alertaron sobre medidas de intervención en los mercados de trigo y maíz, el aumento de los casos de inseguridad rural y toma de tierras, y los efectos de una crisis económica que se refleja en la suba de la inflación y la alta carga impositiva, especialmente por los efectos de los derechos de exportación, que son las famosas retenciones a las exportaciones del agro.
Al momento de hacer un recorrido de lo que sucedió en estos dos meses entre las PASO y las elecciones elecciones generales de este domingo en materia de política agropecuaria, es fundamental tener en cuenta los siguientes aspectos.
La designación del nuevo ministro
Días después de la derrota en las elecciones primarias, el presidente Alberto Fernández, en medio de presiones internas para que avance con un cambio de gabinete, decidió nombrar a Julián Domínguez como nuevo ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, en reemplazo del formoseño Luis Basterra.
Domínguez, que ya había ocupado la titularidad de la cartera agropecuaria durante la última presidencia de Cristina Fernández, se mostró de entrada dispuesto a dialogar con todos los sectores, provocó un fuerte dinamismo a la gestión, y se encomendó como primera tarea principal encontrar una salida al conflicto que se había desatado por las restricciones a las exportaciones de carne vacuna.
A partir de ese momento se volcó a dialogar con los ministros de producción de las diferentes provincias, agrupados en el Consejo Federal Agropecuario, también con representantes de las diferentes universidades, gobernadores y por supuesto con la dirigencia del campo que integra la Mesa de Enlace.
Pero por más que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, intentó relanzar el diálogo, en el sector primario descartan que se pueda reconstruir el entendimiento entre ellos. Un relevamiento que realizó Amplificagro en octubre pasado a 493 integrantes del sector agropecuario, el 65,7% de los encuestados evaluó el desempeño del funcionario como malo o muy malo, el 24,6 lo evaluó como Regular y solamente el 5,1% de los encuestados calificó el desempeño del funcionario como bueno o muy bueno.
Además, al consultar qué margen consideran que tendrá Julián Domínguez para hacer lo que se propone al frente del ministerio. En ese sentido, un contundente 82% de los encuestados consideraron que podrá hacer poco o nada de lo que se proponga, y un escaso 8% señaló que podrá hacer todo o bastante de lo que se propone. Y por último, un 85,7% de los consultados cree que la instancia donde mayoritariamente se definen esas políticas es en la persona de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, mientras que un 4,3% dijo en el ministerio de Economía, un 3,4% en la presidencia de la Nación, y solamente un 2,6% en el ministerio de Agricultura.
Anuncio de medidas
Días después de su asunción, Julián Dominguez anunció una nueva flexibilización a las exportaciones de carne vacuna, las cuales continuarán con restricciones hasta el próximo 31 de diciembre, con la excepción de las diferentes cuotas arancelarias del país. Medidas que van en contra de lo que viene solicitando la Mesa de Enlace, que es la liberación total de la comercialización de carne al mundo.
El ministro de Agricultura instrumentó la exportación de carne de vaca conserva o manufactura D y E con destino a China. La medida regirá hasta el 31 de diciembre y tendrá forma de un nuevo cupo de exportación. Se estableció el otorgamiento de hasta 100 toneladas mensuales por empresa que tenga establecimiento faenador y hasta 50 toneladas mensuales por empresa que tenga establecimiento procesador. La asignación se realizará hasta alcanzar la faena de 140.000 vacas de la mencionada categoría.
Además, el funcionario contempló la situación de productores de trigo y soja, que por una Resolución del Banco Central no podían acceder a líneas de financiamiento aquellos que contaban con más de 5% de su producción almacenada. La medida quedó sin efecto y de esa manera hubo una respuesta al pedido que habían presentado tiempo atrás las entidades de productores agropecuarios.
Dos días después a dichos anuncios, el presidente Alberto Fernández encabezó un acto en Casa Rosada donde anunció el envío del proyecto de Ley de Desarrollo Agrobioindustrial al Congreso de la Nación. Se trata de una iniciativa de Consejo Agroindustrial que promueve el aumento de las exportaciones y el empleo. Recién ayer el titular del Poder Ejecutivo firmó la iniciativa que ya ingresó a la Cámara de Diputados.
Medidas de intervención
Uno de los momentos de mayor tensión entre el Gobierno y el campo fue a fines del año pasado cuando el Ejecutivo decidió cerrar las exportaciones de maíz. Una situación que derivó en un cese de comercialización que llevó adelante un sector de la Mesa de Enlace.
Semanas atrás el maíz volvió a ser noticia. Si bien desde el Ministerio de Agricultura señalaron que las exportaciones de maíz se encuentran abiertas en relación al actual ciclo comercial 2020/21 y al completarse días atrás el saldo exportable asignado para esa campaña de 38,5 millones de toneladas, se conoció la resolución que llevó la firma del Subsecretario de Mercados Agropecuarios, Javier Preciado Patiño, mediante la cual se determinó que solamente se aceptará el registro de exportaciones del cereal de la campaña 2020/21 en el marco del régimen Declaraciones juradas de Ventas al Exterior por operaciones respaldadas por mercadería física ya adquirida.
Solamente quedarán habilitadas las exportaciones a corto plazo (30 días) confirmadas. El objetivo del Gobierno, a través del pedido de más documentación respaldatoria a los exportadores, es asegurar el abastecimiento interno.
La incertidumbre también golpeó al mercado de trigo. Las dudas de toda la cadena aparecieron luego que las anotaciones de exportaciones de la nueva campaña, que recién comenzó a cosecharse con los primeros lotes en el norte del país, superaron un ritmo muy acelerado las 9 millones de toneladas, un volumen muy cercano al saldo exportable que los privados consideran entre 11 y 12 millones de toneladas, para después dejar de registrar nuevas operaciones. El tema es que, a diferencia de lo sucedido con el maíz, no hay ninguna restricción o limitación oficial, sino que existe una suerte de autorregulación por parte de algunos eslabones de la cadena, cuestión que ya fue reconocida por exportadores y molineros.
A todo esto, hay que agregar que el titular de la cartera agropecuaria, Julián Domínguez, había definido al maíz, el trigo, y la carne como bienes culturales, a los cuales había que controlar sus saldos exportables. Por su parte, el secretario de Agricultura, Jorge Solmi, confirmó que se está monitoreando el mercado y no descartó tomar medidas se ameritaba la situación para garantizar el abastecimiento del mercado interno.
Problemas sin resolver
La semana pasada y en medio de este contexto electoral, los dirigentes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) plantearon en un documento los problemas del campo que hasta el momento no se resolvieron: las restricciones a las exportaciones de carne vacuna que se extenderán hasta fin de año y con un panorama incierto sobre si habrá o no reapertura total de la comercialización de carne al mundo, la situación de los mercados granarios con restricciones indirectas, sobrevuela la posibilidad de aumento de los derechos de exportación, aumento de los costos de producción, faltante de insumos, entre otros.
En medio de este panorama, el Consejo Directivo de CARBAP expresó en un comunicado su preocupación por lo que puede llegar a suceder tras las elecciones, sea cual fuere el resultado, ya que consideran que la actividad productiva tanto en Buenos Aires como en La Pampa “está padeciendo las consecuencias de una macroeconomía nacional que no encuentra su rumbo ni estabilidad”. Es por eso que los dirigentes de la entidad que preside Horacio Salaverri reclamaron a las autoridades que brinden señales de previsibilidad y certidumbre al sector productivo, a partir de acciones concretas una vez que se defina el proceso eleccionario.