Según el estudio, China se ha convertido en la actualidad en uno de los principales jugadores de la escena internacional. Sus compras de bienes agroindustriales han crecido a una tasa del 16% anual, alcanzando en 2018 más de 120 mil millones de dólares de importaciones, ubicándose como el 2º importador mundial. Su gran desafío es abastecer una demanda creciente con recursos limitados, ya que debe proveer alimentos a casi el 20% de la población mundial, contando sólo con un 7% del agua y un 10% de las tierras cultivables del mundo.
Argentina precisa definir una estrategia de inserción internacional en la que China tenga un rol protagónico. La agroindustria puede constituirse en una plataforma para avanzar en ese vínculo bilateral, presentándose como un proveedor confiable de alimentos y tecnología agrícola. El acercamiento debería ser regional, a través del Mercosur e, incluso, en conjunto con los países de la Alianza del Pacífico.