Síntesis: Con frazada corta, cada detalle importa.
El escenario de "frazada corta" habrá de seguir dominando la macro argentina por bastante tiempo. Frenar la crisis cambiaria obligó a endurecer la política monetaria y recortar gasto público, con inevitables efectos de corto plazo sobre el nivel de actividad y la recaudación impositiva. Julio ya mostró marcada desaceleración en los ingresos fiscales, lo que llevará a una nueva ronda de ajustes, más intensos en inversión, gastos corrientes y transferencias a provincias, ya que jubilaciones y planes sociales están preservados. La otra cara de esta moneda es la rápida corrección del frente externo, con aumento en julio de 500 millones de dólares en las exportaciones de la agroindustria (21 % interanual), una reducción de 600 millones de dólares del déficit con Brasil (ventas al país vecino subiendo 27 %), junto con un descenso, entre junio y julio, del orden de 1 mil millones de dólares en la demanda de divisas para atesoramiento. El riesgo país, con un modesto descenso, convalida esta percepción. En igual dirección pueden clasificarse las novedades del "lava jato" argentino, ya que, presumiblemente, harán perder impulso al segmento de la oposición asociado al "cuanto peor mejor", haciendo menos tortuosa la búsqueda de acuerdos de gobernabilidad.